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viernes, 6 de noviembre de 2009

LA AUTÉNTICA DISCAPACIDAD ES NO AMAR.

Una congregación francesa integra en la orden a religiosas con síndrome de Down

“La discapacidad más grave ¿acaso no es la producida por el pecado?”, se pregunta la responsable de la comunidad, que acoge a mujeres con trisomía

Las Hermanitas Discípulas del Cordero es una comunidad que admite a mujeres con síndrome de Down que quieren ser religiosas. Le Blanc, Francia, es el lugar de residencia de esta congregación de diez hermanas.

Las hermanas forman parte de una Asociación Pública de Fieles fundada en 1985, en Francia. Su vocación es eminentemente contemplativa; la orden está basada en la regla de san Benito y en el camino de la Infancia Espiritual de santa Teresa del Niño Jesús.

Esta congregación ofrece a las jóvenes con síndrome de Down la posibilidad de realizar su vocación religiosa, ayudadas por otras Hermanas de la comunidad.

La discapacidad más grave: el pecado

Sobre el ámbito espiritual que viven estas religiosas, afirma: “los términos de ‘validez’ y ‘discapacidad’ deben relativizarse”, y se pregunta: “la discapacidad más grave ¿acaso no es la producida por el pecado, que obstaculiza la vida de Dios en el alma?”.



Su vida cotidiana se ajusta al ora et labora benedictino que consiste en participar en la misa, hacer oración y realizar trabajos de costura, bordados, repostería, etcétera. La comunidad está asistida por el monasterio benedictino de Fontgombault.

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