Buscar este blog

lunes, 13 de diciembre de 2010

En Navidad la eternidad se hace carne.¡ no lo olvidemos con tantas cosas materiales!



El materialismo y el consumismo  en las sociedades opulentas, han hecho incluso que parezca inconveniente que se hable aún de eternidad entre personas cultas y acorde con su tiempo”.

La consecuencia es, afirmó, que “el deseo natural de vivir siempre, distorsionado, se convierte en deseo, o frenesí, de vivir bien, es decir, de forma placentera, incluso a costa de los demás, si es necesario”.

“Caído el horizonte de la eternidad, el sufrimiento humano parece doble e irremediablemente absurdo”, afirmó.

Hemos de hacer resplandecer de nuevo ante los hombres la certeza de la vida eterna, aprovechando la fuerza inherente que tiene la verdad cuando es acompañada del testimonio de la vida”, explicó R.Cantalamesa(predicador del Papa)

El anhelo de eternidad es “el deseo más profundo, aunque reprimido, del corazón humano”. La única respuesta válida a este problema “es la que se funda en la fe en la encarnación de Dios”.

“Hay preguntas que los hombres no dejan de plantearse desde que el mundo es mundo, y los hombres de hoy no son una excepción: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?”.

“El debilitamiento de la idea de eternidad actúa también sobre los creyentes, disminuyendo en ellos la capacidad de afrontar con valor el sufrimiento y las pruebas de la vida”, afirmó el padre Cantalamessa.
R.Cantalamessa.(ZENIT)